Dunas Los Choros

EN MEMORIA DEL PROFESOR VICTOR QUINTANILLA

En la soleada tarde de primavera del viernes 13 de noviembre del año en curso, se apagó la vida de nuestro colega, compañero y amigo Víctor Quintanilla. Su espíritu se elevó sobre el cielo azul de su amado Viña del Mar, acompañado por el canto de las aves costeras y de la silenciosa pureza del espacio abierto y libre del océano. La geografía chilena lamenta profundamente su partida. Su entrega vocacional, su amor por la biogeografía, su responsabilidad como académico, su integridad como persona y su lealtad como amigo, son tesoros invaluables para quienes lo conocimos y tuvimos el regalo de compartir con él.
Tempranamente fue cautivado por la biogeografía y viajó a Francia para adquirir mayor conocimiento sobre los métodos y herramientas, que permitieran construir conocimiento de la biogeografía de nuestro país. Luego volvió a Chile a trabajar afanosamente en el conocimiento de nuestra flora y fauna, cuyos frutos se saborean en sus numerosas publicaciones y particularmente, en su libro Biogeografía de Chile, publicado en la colección del Instituto Geográfico Militar. En este propósito, viajó como un naturalista, investigando y conociendo desde el desierto cálido nortino hasta la Patagonia austral y desde la alta cordillera, hasta el borde costero. Participé con él en investigaciones en terreno desarrolladas en todos los valles del Norte Chico y en la cuenca del Laja, donde pude percibir la rigurosidad de su búsqueda científica.
Linda pasión y fuerza la suya, que en los entreveros del bosque buscó capturar con su cámara al huemul, al puma y a la liebre. Disfrutó buscando vida en el desierto, describió con poesía la vegetación del altiplano, la altivez del algarrobo y la fortaleza de la llareta y se extasió con la sinfonía de colores del desierto florido.
En las conversaciones de pasillo de los congresos era frecuente escucharlo hablar de la verdura olorosa del peumo, del garboso alerce, de sus caminatas bajo los majestuosos bosques de araucaria, del misterioso canto del chucao, del colorido de la loica y de la laboriosidad del pájaro carpintero.
En la última etapa de su vida, preocupado por la destrucción de nuestra vegetación nativa, se avocó a investigar sobre la degradación de ecosistemas montañosos templados y mediterráneos, afectados por incendios y a la propuesta de métodos de restauración. Nunca descansó de la titánica tarea de dar a conocer las comunidades biogeográficas de Chile, que hoy están amenazadas por la explotación económica.
Tuve el privilegio de conocer su trabajo académico en la Universidad de Santiago, donde con esmero y responsabilidad impartió clases y dirigió varias tesis de pre y postgrado. Allí conocí, el respeto que le tenían sus estudiantes por la consistencia de los métodos y técnicas de investigación enseñados y por el compromiso que asumía en su tarea pedagógica. Pero también el profesor Quintanilla, fue una persona noble y un amigo leal; un hombre bueno, confiable, sociable, de trato agradable, pero firme para defender sus principios. No dudaba en señalar su desacuerdo cuando era necesario.
En lo personal, en todas las ocasiones en que conversábamos de la familia, expresaba su amor por la suya y especialmente, por su hija e hijo. Esto explica que durante casi 40 años, se desplazara diariamente desde Viña hasta Santiago a trabajar, sin descanso. Disfrutaba llegando a su hogar cada tarde.
Hoy lloramos su partida, que deja un enorme vacío en la geografía chilena. Pero su legado quedará en nuestra memoria, en sus numerosas publicaciones y su espíritu quedará rondando cada planta nativa humilde o fastuosa, que adorne los rincones de nuestro bello territorio.
Profesor Quintanilla, colega y amigo, descansa en paz. Has cumplido con creces la misión que te fue encomendada cuando llegaste a la vida.

Doctora María Mardones Flores
Premio Nacional de Geografía 2006

Deseo a través de estas palabras hacer llegar mis sentidas condolencias a la familia de Víctor quintanilla,  tanto a su esposa como a sus dos hijos. Tuve la suerte de compartir con Víctor la docencia y la investigación en la universidad de Santiago de chile, por varios años lo que me permitió conocer y reconocer en él, su talento  científico así como su  carisma de gentil  colega, amable persona  con lo que me siento muy orgullosa de haberlo tenido de colega por varios años. Y conocerlo realmente.

Creo que la ciencia geográfica ha perdido a una gran persona,  a un gran geógrafo de la especialidad de biogeografía y de los estudios vegetacionales de todo el país, todos los chilenos estarán conscientes de la importancia que él le dio a la biogeografía  y a los estudios vegetacionales. En este país y siempre será recordado por estas características.

Gracias Víctor por toda tu amistad y entrega a la geografía.

Edelmira González González
Dra. en Geografía UNAM.