SUR

¡No sabemos nada sobre el Sur de Chile!

Por Hugo Romero-Toledo y Carla Marchant

Los días 15 y 16 de enero, en la ciudad de Valdivia, se desarrolló el GeoFest, primera escuela de verano para académicos y estudiantes de postgrado en ciencias sociales, territorio y medioambiente. La actividad fue convocada por académicos de los Institutos de Ciencias Ambientales y Evolutivas, el Instituto de Estudios Antropológicos y la Escuela de Geografía de la Universidad Austral.  Dada la importancia de ampliar las posibilidades de discusión académica y la creciente necesidad de construir sinergias y colaboraciones entre disciplinas afines, paradigma que se encuentra cada vez más en boga en el ámbito científico, la GeoFest contó con el respaldo tanto de la Sociedad Chilena de Ciencias Geográficas como del Centro de Estudio de Conflicto y Cohesión Social (COES), importantes referentes académicos en materias geográficas y socioterritoriales.

En ambas jornadas participaron especialistas chilenos y extranjeros de variadas disciplinas: geografía, antropología, glaciología, etnohistoria, historia ambiental, arqueología y sociología, provenientes de distintas universidades del centro – sur del país, como la Pontificia Universidad Católica, la Universidad de Chile, la Universidad de Los Lagos, la Universidad Católica de Temuco y por supuesto la UACh como anfitriona, quienes presentaron los resultados de sus trabajos más recientes.

Con un público entusiasta, que bordeó las cuarenta personas, el foco de las presentaciones se centró el primer día en las transformaciones socioterritoriales del Sur de Chile, en un marco espacial y temporal que cada disciplina decidió de acuerdo con su especificidad. La primera presentación, a cargo del Dr. Roberto Morales Urra, nos instó a la reflexión sobre la concepción de la territorialidad mapuche, invitándonos a dejar atrás las visiones eurocentristas que han predominado en esta materia y avanzar hacia teorías más inclusivas, que consideren los aspectos propios de la etnicidad, el lugar y los cambios de la sociedad mapuche.

Desde la geografía física, Andrés Rivera, glaciólogo del Centro de Estudios Científicos CECs, presentó en detalle aspectos relativos a la dinámica de los glaciares, con enormes consecuencias para el medioambiente y la sociedad. Sin duda en el actual contexto de cambio climático estamos más acostumbrados a escuchar sobre el retroceso de estas masas de hielo. Sin embargo, los glaciares no solo se retraen, sino que también algunos avanzan, como el caso del glaciar Pio XI, también conocido como glaciar Brüggen o Ana María, el cual se ubica en la Región de Magallanes. Este proceso ha permitido el surgimiento de nuevos medioambientes no colonizados en esta era, los que deben seguir siendo estudiados.

Por su parte, la presentación de la antropóloga María Eugenia Solari, nos permitió, desde la historia ambiental, conocer la relación entre el bosque y las culturas precolombinas, y cómo el territorio del Sur de Chile, antes de la colonización, era un mosaico entre zonas boscosas y cultivables, donde las interacciones de las poblaciones originales con el entorno fueron modificadas por la integración de elementos exógenos del modelo europeo. En este sentido las transformaciones del paisaje y del uso de estos recursos asociados al bosque han generado modelos híbridos de ocupación del espacio.

En la presentación del arqueólogo Alberto Pérez, pudimos conocer como la arqueología está problematizando a las culturas que habitaron, precisamente, este territorio de cambios, con diferentes tipos de cultura material que van mostrando el uso activo que se hacía del medioambiente, y como se va complejizando la relación entre la sociedad y la naturaleza, por ejemplo, con el surgimiento de ciertos tipos de cerámicas.

En esta misma línea, desde la etnohistoria, la Dra. Pía Poblete, nos ilustró cómo las fronteras entre el mundo huilliche y la colonia se han reconfigurado varias veces, para demostrar que las sociedades indígenas no han sido nunca estáticas, sino que son producto y productores de experiencias vividas con toda la complejidad que eso implica. Desde la geografía histórica, Hugo Romero Toledo nos permitió desentramar los aspectos menos conocidos sobre cómo la ocupación de La Araucanía habría empezado varios años antes con pequeños incidentes que facilitaron la instalación de instituciones e infraestructura. Uno de ellos es el naufragio del Bergantín Joven Daniel y el cautiverio de Elisa Bravo en 1848, los cuales contribuyeron a la construcción de estereotipos raciales hacia los mapuche, y fortalecieron el discurso de la ocupación militar al sur del Bío Bío.

Hacia el fin de la jornada, el sociólogo Gonzalo de la Maza, nos recordó que si bien, existe una amplia discusión y cobertura sobre la génesis y el desarrollo de los conflictos socioterritoriales en América Latina, es también relevante analizar las consecuencias postconflicto, la cual es aún, una dimensión poco abordada, especialmente del impacto que estos conflictos pueden tener a nivel de políticas públicas.

El segundo día del encuentro, se centró en los temas emergentes de la Geografía. En la jornada, tuvimos la posibilidad de escuchar las presentaciones de dos destacados académicos, premios nacionales de la disciplina. La primera de ella estuvo a cargo del Dr. Hugo Romero Aravena, quien, en su presentación titulada, Geografía física crítica, ilustró a través de estudios de caso sobre la actividad minera en el norte de Chile, la importancia que tiene para la disciplina hoy la integración de diferentes epistemologías para estudiar las complejidades, particularidades y procesos cruzados entre naturaleza y sociedad. Por su parte, el Dr. Rodrigo Hidalgo, compartió sus reflexiones sobre la producción de la naturaleza en la sociedad capitalista y como a través de distintas estrategias de acumulación de capital, las cualidades de ésta (por ejemplo, lo prístino del paisaje, la flora o la fauna) son integradas, transformadas y apropiadas, por ejemplo, por agentes inmobiliarios, quienes las internalizan en sus proyectos para poder maximizar sus beneficios.

Completaron este segundo día de GeoFest, las presentaciones de ArntFloysand de la Universidad de Bergen y Jonathan Barton, quienes se refirieron al rol de la innovación responsable y como estas estrategias debiesen acoplarse a políticas e instrumentos de fomento del desarrollo local, tomando como caso de estudio la salmonicultura en el sur de Chile. Por otro lado, la presentación de Álvaro Román, mostró los desafíos que la integración territorial enfrenta, tomando como caso de estudio la Isla de Pascua y la Región de Magallanes, enfatizando la necesidad de avanzar hacia sistemas de gobernanza locales más autónomos.

Finalmente, desde la geografía, el análisis de lo urbano y lo rural estuvo a cargo de académicas de la UACh. Laura Rodríguez, nos ilustró sobre las implicancias del crecimiento urbano de la ciudad de Valdivia, especialmente en la transformación de los humedales y en la resignificación de espacios al interior de la ciudad. Finalmente, en el ámbito de los espacios rurales, observar los cambios recientes que se evidencian asociados al surgimiento de una “nueva ruralidad”, cada vez más dinámica y conectada a las funciones urbanas en la Araucanía Andina, fue el tema de presentación de Carla Marchant.

Durante los dos días del encuentro, se propició un ambiente de reflexión que permitió el desarrollo de debates de alto nivel teórico. Las distintas visiones y formas de trabajo presentadas por los participantes, reflejadas en variadas perspectivas teóricas, metodológicas y empíricas, nos muestran claramente un Sur de Chile complejo, con procesos coloniales desde el punto de vista ambiental, social y cultural, aún en curso. Esa tarde, uno de los asistentes nos felicitó porque habíamos sido capaces de mostrar una paleta de investigaciones que, en su conjunto, armaban un cuadro explicativo para comprender, por ejemplo, el denominado conflicto mapuche. Otro colega, de una universidad de Santiago, nos planteó que, si bien las investigaciones estaban centradas en espacios locales, todas intentaban dialogar concretamente con procesos globales. Otro colega nos dijo: “¡no sabemos nada sobre el Sur!, nos enteramos solo de lo que dice la prensa”. Él reflexionaba sobre lo importante que es construir conocimiento situadamente, y que le gustaría que su centro de investigación se vinculara más concretamente con la investigación que se hace en regiones.

Antes de cerrar nuestro primer y exitoso GeoFest, aparecieron los resultados de FONDECYT Regular, principal fuente de financiamiento de los investigadores chilenos. Este fondo es vital para mantener la productividad y la creación de conocimiento en todas las áreas del quehacer científico. Adjudicarse un proyecto FONDECYT no solo implica contar con recursos, sino también abre posibilidades de formar capital humano, a través del financiamiento de becas y la contratación de asistentes de investigación. Este fondo permite también fortalecer el proceso productivo y publicar en revistas indexadas y también presentar los resultados de las investigaciones en conferencias internacionales, instancias clave para realizar alianzas con colegas de universidades extranjeras. Todo ello en su conjunto, beneficia no solo al investigador, sino también a su departamento o instituto, dado que dinamiza las funciones académicas, no solo en investigación, sino también en docencia y en vinculación con el medio, mejorando los indicadores institucionales. Las universidades se lo exigen a sus académicos, y con el tiempo, el FONDECYT Regular también se ha convertido en una forma de sortear la precariedad académica, consecuencia directa de la escasa inversión que el Estado chileno hace en ciencia y tecnología, una materia que en los últimos meses ha tenido mayor notoriedad pública, debido a la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, una buena idea que esperamos sepa hacerse cargo de estas problemáticas. Es por ello que la adjudicación de recursos es vital para construir una carrera en el ámbito de la investigación, junto con transformarse en un símbolo de maduración profesional que permite acceder a otras redes académicas y a nuevos recursos, como lo son los FONDAP.

Con el pasar de los minutos comenzamos a conocer los resultados, que, en el caso del grupo de estudio de Geografía y Urbanismo, había favorecido fuertemente a las instituciones de Santiago: de 12 propuestas adjudicadas 8 correspondían a universidades de la capital, confirmándonos que la investigación, no escapa a las lógicas centralistas que operan en muchos ámbitos del desarrollo de nuestro país. Muchos de los procesos históricos del Sur, y de las regiones en general, tomaron forma repentinamente frente a nuestros ojos: ninguno de los académicos de las universidades del sur que estaban presentes se adjudicó un proyecto FONDECYT. La investigación del Sur y desde el Sur deberá seguir trabajando para alcanzar, ojalá pronto, el tan anhelado y necesario financiamiento.