El geógrafo Utreras: embajador en un país desastroso.

El terremoto de Haití ratificó la convicción que los desastres no son naturales, algo repetido en nuestra disciplina desde los aportes trascendentes de Blaikie hace ya varias décadas. Este profesor británico, impresionado por la pobreza que afectaba a extensas regiones de la India, planteó que las verdaderas causas de los desastres socio-naturales era la vulnerabilidad social y que, en consecuencia no se resolverían mientras no se superaran los niveles de precariedad material y sus efectos sobre la organización social y política de países como Haití. Colegas como Carmen Paz Castro, profesora de la Universidad de Chile,  han estado allí, y han sido impactados por la que parece una irremontable situación adversa. Miles de haitianos han ingresado a Chile y muchos han optado por devolverse a su país de origen por la imposibilidad de adaptarse a otro territorio tan diferente y ante la indiferencia de nosotros, incluidos los geógrafos.

Patricio Utreras se graduó de geógrafo en la Universidad de Chile y muy joven decidió junto a su hermano, también geógrafo de esta Universidad, completar su formación en la Academia Diplomática. Después de décadas de trabajo invisible en numerosas representaciones de Chile en el extranjero, finalmente alcanzó la meta máxima de dicha carrera de ser nombrado embajador en un país particularmente difícil.  Siempre se manifestó agradecido por representar al país y en la actual hora, es necesario que junto con nuestra solidaridad de colegas,  le reconozcamos su espíritu de servicio público, equivalente al que cumplen muchos de nuestros colegas trabajando día a día con organizaciones, empresas y servicios públicos en diferentes lugares del mundo .

La geografía necesita relevar las situaciones dramáticas que enlutan a diferentes países, especialmente cuando son resultado de los mencionados desastres socionaturales. En estos días, Mozambique enfrenta la peor tragedia de su historia.  Cerca de mil personas han muerto como consecuencia de las lluvias e inundaciones causadas por el paso de un ciclón. Si no desarrollamos la capacidad de asombro frente a la situación de Haití, que es parte de nuestro continente, menos aún podemos manifestar preocupación por los países africanos, tan rezagados en nuestra educación y práctica geográfica colonizada y eurocentrista.  O en el Vallede Brumadinho en el Estado de Minas Gerais, donde el colapso de los relaves mineros causó cientos de muertos y desaparecidos hace pocos meses atrás. Todo ello como consecuencia de la irresponsabilidad de una empresa  que ya había causado tragedias similares y había sido advertida de la necesidad de renovar sus equipamientos y procedimientos de seguridad.

La globalización y sus universalismos y cosmopolitanismos que cubren las acciones y valores de la humanidad no pueden llevar a olvidar que el mundo sigue siendo diferente y que el conocimiento geográfico es situado y contingente. Si no fuera así, la geografía no sería necesaria.

Junto con el saludo solidario para Patricio y su esposa, reafirmamos nuestro compromiso por contribuir con nuestro conocimiento a la comprensión y construcción de un mundo  esencialmente más humano.